La artista Alexandra Kehayoglou usa trozos de hilo y pedazos sobrantes de la fábrica de alfombras de su familia en Buenos Aires, ella se embarca en un proceso de formación de nudos a mano muy laboriosos para fabricar alfombras que imitan texturas naturales como el musgo, agua, árboles, pastos etc.
1. No cabe duda que el trabajo realizado con esta alfombra no solo se ve bien sino hasta un poco real.
La forma y la función de las alfombras convierten de una manera fantástica las habitaciones y salas enteras en una exuberante pradera salpicada de charcos de agua y matas de hierba. Muchas de sus obras incluso funcionan como parte de la tapicería del lugar y el flujo de colores verdes desde las paredes hasta el piso hacen un lugar lleno de vida.
2. Alfombra especial para que un niño se sienta en patio trasero de su casa.
5. Sin duda un lugar lleno de vida complementado con la madera y la alfombra de forma genial.
6. Un lugar perfecto para que los niños se relajen.
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