El 9 de agosto de 2015, una fábrica abandonada se reabrió en un pequeño pueblo en el centro de Bosnia y Herzegovina. La reapertura, después de décadas de olvido, ocurrió gracias a la labor de 3 jóvenes artistas. El colectivo de artistas abrió las puertas a sus primeras paredes en exhibición literalmente, con lo que se dio una nueva forma de arte callejero en Bosnia.
Su trabajo se formó en base a sus preferencias individuales, que reflejan su estilo y técnica; teniendo en cuenta que sus profesiones son diferentes, uno es un estudiante de arquitectura, otro es un pintor y uno más es un artista callejero.
Los artistas están creando algo nuevo en la actualidad, dando un propósito a las paredes que han sido descuidadas durante décadas. Sus nuevos proyectos son al aire libre, trabajan en las paredes de centros urbanos, pero como dicen, los espacios industriales abandonados serán siempre su preferencia.
Debido a su mezcla única, pintar murales no era una opción, ya que era demasiado fácil y demasiado seguro. Así que decidieron ir más profundo.
Utilizando una técnica de "corte de la pared", que quita el aplanado para dejar el ladrillo a las vista.
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