Michelle de la Vega se describe a sí misma como una artista multidisciplinaria, diseñadora, soldadora, pero no un arquitecta. No tenía idea de que ella se iba a hacer famosa por esta casita.
Todo empezó cuando se decidió a transformar un garaje viejo y sucio en una mini casita muy cálida y acogedora, con el plan de tener un lugar para alojarse mientras que alquilaba su casa.
Sus 250 pies cuadrados de planta desde la planeación fueron pensados para ser diseñados con muebles y objetos reciclados, así que la idea es accesible incluso para estudiantes.
Fotos cortesía de Ira Lippke para The New York Times.
Más información: michelledelavega.com
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