viernes, 10 de febrero de 2012

FERNANDO BOTERO Y SUS GORDAS.

Algunas pinturas de Fernando Botero:

0bras artísticas de botero
0bras artísticas de botero
Pintura de botero
Pintura de botero
Pintura de botero



Esculturas donadas por Fernando Botero a la tierra que lo vio nacer.
(Plaza Botero).


Escultura de Fernando Botero
Escultura de Fernando Botero
Escultura de Fernando Botero
Escultura de Fernando Botero
Escultura de Fernando Botero
Escultura de Fernando Botero

Museo Nacional de Antioquia en la Plaza Botero.
(Alli también hay bastantes obras donadas por el artista.)

Escultura de Fernando Botero

Escultura de Fernando Botero


Un poco sobre Botero.

Artista cosmopolita, la vida de Fernando Botero ha transcurrido en los más variados lugares, pero siempre con un punto de referencia fijo, que, pese a la distancia, ejercerá una influencia decisiva en su obra: Colombia. En este país nace en 1932, hijo de un representante comercial afincado en Medellín, ciudad situada en el corazón de la provincia de Antioquia. La escarpada orografía de la región, atravesada por las estribaciones andinas y surcada por valles de difícil acceso, propician el entorno conservador en el que se desarrollan los primeros años del artista. Contra este ambiente habría de chocar el espíritu inquieto del joven, que muy pronto manifiesta su inclinación por el arte. Un episodio revelador es la expulsión del Liceo de su ciudad a raíz de la aparición de un artículo de Botero en el diario local, EL Colombiano, con el título "Picasso y el no conformismo en el arte", donde reflexionaba ya acerca de la deformación en la obra del pintor español y que las autoridades del centro, que ya le habían amonestado por la publicación de sus dibujos de desnudos en el mismo periódico; consideraron obsceno.
Pocos artistas hispanoamericanos han logrado tanta repercusión a nivel internacional como el pintor y escultor colombiano Fernando Botero. Su personalísimo estilo, que tiene entre sus rasgos más fácilmente identificables el agrandamiento o la deformación de los volúmenes, ha merecido la admiración tanto de la crítica como del gran público, que no puede sustraerse a la singular expresividad de una estética en la que las problemáticas humanas y sociales ocupan un lugar prioritario.

La camera degli sposi obtuvo el primer premio en el XI Salón Nacional celebrado en septiembre de 1958. En esta obra Botero logró deshacerse de una lejana influencia del muralismo mexicano y dirigirse, sin titubeos y por medio de su admiración a los artistas del Renacimiento italiano, hacia la consolidación de lo que alguien llamó el "boteroformismo".

Convertido ya en uno de los artistas vivos más cotizados del mundo, Botero no ha dejado nunca, sin embargo, de alzar la voz contra la injusticia y de mantener su arte en línea con la realidad histórica y social. Sirve para ilustrarlo una de sus más recientes series pictóricas, la que realizó sobre las torturas cometidas por los marines en la cárcel iraquí de Abu Ghraib (2003), en el marco de la ocupación norteamericana de Iraq. Presentada en 2005 en el Palacio Venecia de Roma, la fuerza turbadora de esta colección de cincuenta lienzos atestiguó además que el pulso y la creatividad del artista no ha menguado en absoluto con los años.

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